Pensar que mientras más autopistas tenga una ciudad, más descongestionadas estarán sus calles y que reemplazar pistas para automóviles por ciclovías solo causará más atochamientos, son dos creencias erróneas sobre el tráfico que pueden tener muchos ciudadanos, sin siquiera tener una experiencia previa sobre el tema.
Sin embargo, son varias las teorías que explican porqué estas situaciones son equivocadas, casi como si fueran prejuicios. Para evitar que se mantengan, el sitio CityLab publicó un artículo en el que presenta 10 de estas ideas como mitos que aún persisten.
1. “Más carreteras significan menos tráfico”
La demanda inducida es una teoría que considera que mientras hayan más vías para automóviles, más personas tenderán a usar este medio de transporte pensando que las calles y carreteras estarán descongestionadas. Sin embargo, en la práctica, ocurre todo lo contrario, porque una mayor cantidad de vías induce a usar más el automóvil.
Acerca de esta teoría, el artículo de Citylab la gráfica de la siguiente forma: si en una pista hay 100 autos y se construye una segunda, se podría pensar que quedarían 50 en cada una, pero en el largo plazo lo que ocurre es que estas vías serán vistas como una nueva opción de ruta para otros automovilistas.
2. “Más tránsito significa menos tráfico”
Cuando se anuncia un nuevo sistema de transporte público, la idea inicial es que más habitantes tengan la alternativa de hacer sus trayectos diarios. No obstante, el espacio que queda liberado por quienes realmente dejan sus automóviles en sus casas y se suben a los buses públicos o el metro, es visto por otros automovilistas como un nuevo lugar para circular, lo que desemboca en una congestión permanente en las calles.
Por este motivo, el artículo considera adecuado que cuando se anuncie un nuevo sistema de transporte público se complemente con la aplicación de tasas de congestión, para desincentivar a que más personas usen el automóvil.
3. “Las ciclovías hacen que empeore el tráfico”
Alrededor del mundo, son varias las ciudades que están eliminando los estacionamientos para autos en las calles o que en vez de destinar una cierta cantidad de pistas a los vehículos, habilitan ciclovías en su lugar.
Ejemplos de esto son los proyectos que se han implementado en Chicago, Montreal y en Santiago.
Un caso al que hace referencia Citylab es lo que se hizo en Nueva York, específicamente en las avenidas Columbus y en la Octava. En ambas, se pasó de tener cinco pistas para autos a cuatro, las que son más angostas, e implementó una ciclovía junto con un espacio de seguridad. Con esto, en vez de aumentar la congestión, lo que pasó fue que se redujeron los tiempos de viajes en un 35 y en un 14 por ciento, respectivamente.
4. “Una avenida amplia es más segura”
En varias ciudades canadienses y estadounidenses, la mayoría de las pistas para automóviles están diseñadas con un ancho de 3,6 metros, ya que la percepción apuntaba hace unas décadas que si los espacios para transitar eran más anchos, eran más seguros y los conductores podían maniobrar mejor.
No obstante, investigaciones más recientes han demostrado que esta percepción está equivocada, debido a que induce a los automovilistas a conducir más rápido, ocasionando que el lugar para todos los usuarios del espacio vial sea más inseguro.
Uno de estos estudios fue el que hizo el ingeniero civil Dewan Masud Karim, quien evaluó decenas de intersecciones de Tokio y Toronto, en donde los anchos de las pistas son de 3,1 metros y 3,2 metros, respectivamente. Si bien la diferencia de dimensiones es menor, influye notoriamente en las consecuencias, ya que el estudio arrojó que en los cruces de la ciudad canadiense los automovilistas conducían a velocidades mayores en un 34% en comparación con lo que pasaba en Tokio.
5. “La pista de al lado avanza más rápido”
Cuando los conductores están en un atochamiento o taco, tienden a pensar que la pista de al lado siempre avanza más rápido que en la que están ellos, por lo que intentan cambiar de filas constantemente. De hecho, este movimiento es común que lo realicen, en promedio, cada dos kilómetros, lo que finalmente termina por tomar más tiempo.
6. “Mala conducción”
Para algunos, cuando hay un atochamiento en una calle se debe a que los conductores que allí se encuentran no saben conducir. Este mito es aclarado por el artículo de Citylab mencionando que cada movimiento impreciso durante la conducción genera una “onda de choque” que desemboca en un efecto de dominó de congestión a través de las calles o carreteras.
7. “Necesitas sacar muchos autos de las autopistas para reducir la congestión”
Durante los días previos de la visita del Papa Francisco a varias ciudades de Estados Unidos, los departamentos de transporte de cada una y los medios de comunicación anunciaron los cortes de tráfico que se realizarían.
A diferencia de la congestión que se preveía, no hubo episodios de gran magnitud, sino que por el contrario, las calles estuvieron más desocupadas. De hecho, mientras el Papa estuvo en Washington, el tráfico de vehículos motorizados disminuyó en un 5% y las autopistas redujeron su congestión hasta en un 27% durante las horas puntas. ¿A qué se debió esto?
Según publica Citylab, esto ocurrió por la alerta temprana que entregaron los funcionarios públicos y los medios de comunicación. ¿Se imaginan los efectos que esto traería para las ciudades si se anunciara diariamente?
8. “Eliminar una autopista urbana puede ser una pesadilla para el tráfico”
El anuncio de la construcción de una autopista aún es visto, por algunos, como una solución a la congestión vial.
Sin embargo, la tendencia que se está replicando en algunas ciudades y que ha demostrado efectos positivos en esta materia es que en vez de implementar más de estas infraestructuras, los lugares en donde se hicieron se les están devolviendo a los peatones y modos sustentables de movilidad. ¿La razón? Simple. No fomentar más el uso de vehículos motorizados en las ciudades y con ello evitar las desventajas que trae para los habitantes, el medioambiente y claro, la congestión en las calles.
Casos de este tipo alrededor del mundo son muchos y se empezaron a desarrollar hace varios años, incluso décadas. Por ejemplo, en 1974, la ciudad estadounidense de Portland decidió demoler la autopista Harbor Drive para construir el actual Parque Tom McCall.
En Cheonggyecheon, Seúl, también se demolió una autopista para construir un parque que permitió recuperar un canal que se había vuelto subterráneo para “privilegiar” el paso de los vehículos. Es decir, se había decidido dejar atrás un entorno natural al medio de la ciudad por convertirlo en un lugar congestionado. Lo positivo, para los habitantes como para el medioambiente, fue que se transformara en un nuevo espacio público.
Si quieres conocer más casos de este tipo, te invitamos a leer nuestro artículo “6 ciudades que cambiaron sus autopistas por parques urbanos”.
9. “El precio de los combustibles no es un inconveniente”
Por muy convenientes que pueden parecer los precios bajos de los combustibles, no hay que olvidar que traen consigo traen otros inconvenientes. En este caso, son sociales y corresponden a que son un elemento presente en la congestión atmosférica, la congestión vial y los fallecidos en accidentes viales.
10. “Los automovilistas pagan la totalidad del costo de la mantención”
Erróneamente, parte de los automovilistas cree que pagar los permisos de circulación, les da mayores derechos de uso del espacio vial porque son ellos quienes pagan la manutención de la infraestructura vial.
En Estados Unidos, la situación fue así hasta que entró en vigencia el proyecto de Ley de Carreteras Federales que indica que en vez de subir el impuesto a los combustibles, se tuvo que recurrir a otros fondos públicos para financiar la mantención de las carreteras, lo que Citylab describe que “hizo que la situación sea aún peor”.